El cambio climático está en boca de todos y últimamente la sostenibilidad se ha convertido en uno de los temas que más ocupan la agenda mediática. ¿Sobre quién recae la responsabilidad de la sostenibilidad? ¿Cómo podemos frenar el cambio climático?
Ante todas estas preguntas, hay una cosa que está clara: la tierra se encuentra en plena emergencia ecológica y debemos construir nuevos caminos para poder hacerle frente. Entre ellos, una agricultura y ganadería sostenibles, con el poder de promover la soberanía alimentaria.
El cambio climático es un fenómeno que afecta a todo el planeta. La emisión de gases de efecto invernadero procedentes de la actividad humana, es uno de los principales motores del calentamiento global y, por tanto, del cambio climático. El modelo de producción energética, de transporte, industrial, agrícola y ganadero impuesto por el sistema capitalista, junto con las formas de consumo de bienes, servicios y cultura, son los responsables de este fenómeno. Este modelo requiere de una producción y consumo continuos y crecientes. Esto genera una distribución injusta de los bienes que deberían ser comunes y un agotamiento total de los recursos.
Estamos ante un problema que afecta a toda la sociedad y que debe ser abordado a nivel mundial y local a través de agentes políticos, sociales y económicos, pero también por parte de la ciudadanía. La responsabilidad es de todos. Combatir esto es cambiar los patrones de producción, consumo y cultura que imperan en los países desarrollados y en los países en desarrollo.
El calentamiento global y el cambio climático que generará tendrá consecuencias muy negativas en el equilibrio de los ecosistemas naturales y, en consecuencia, en la supervivencia de nuestra civilización.
Está claro que todas las actividades humanas emiten gases de efecto invernadero, así como la agricultura y la ganadería. Si somos capaces de desarrollar adecuadamente este sector, puede ser una oportunidad y un motor para hacer frente al cambio climático. El modelo productivo agropecuario y el modelo de consumo alimentario son las claves para afrontar la emergencia climática.
Gipuzkoako EHNE lleva muchos años defendiendo la agricultura y ganadería familiar y el modelo de los pequeños productores ligados a la tierra, que produce variedades autóctonas adaptadas al territorio, que hace un uso racional de los recursos y que, entre otras cosas, cultiva las razas autóctonas en extensivo. Este tipo de modelo está demostrado como el más sostenible ambiental y socialmente, ya que distribuye la riqueza, mantiene a la gente en las zonas rurales, mantiene el patrimonio cultural de los pueblos, produce alimentos de calidad y combate el cambio climático.
El sector primario, además de producir alimentos de calidad cuidando el medio ambiente y el bienestar animal, necesita ser rentable para agricultores y ganaderos: para su supervivencia y para llegar a las generaciones venideras. Para desarrollar este tipo de agricultura y ganadería, la sociedad debe concienciarse sobre la importancia de una buena alimentación.
En definitiva, se requiere la responsabilidad del consumidor, que tiene conciencia a la hora de elegir los productos que va a comer. Combatir el cambio climático, desarrollar el concepto de soberanía alimentaria y producir y consumir alimentos sostenibles es responsabilidad de todos. Necesitamos que la producción, la transformación y el consumo de alimentos sean lo más cercanos posible y Baserritik Zuretzat nace con la intención de afrontar este reto.
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